quiero escribir a las mujeres de mi vida
que su vida será siempre sagrada
que veo en sus ojos la simiente
de lo dicho bueno y lo dicho malo
y todo me gusta de repente
que tienen la fuerza del mundo profundo
ese que mueve despacio pero mares
ese invisible y segundo
silencioso y silenciado
un tesoro preciado
sin oro
sin altares
que de su voz sale el agua
y de sus manos brota tierra
que son negras como la vida
que matan la muerte en su guerra
bailan sus pies y nacen ramas
y en la mirada las alas
bailan
siempre bailan
así recuerdan
y así ganan.
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